Los Centros de Profesores

En septiembre de 1988 volvía de realizar en Madrid curso de formación para afrontar una nueva tarea profesional que me ocuparía los siguientes once años: se iba a inaugurar el Centro de Profesores de Cieza.

Había participado junto a compañeros de Murcia, Cartagena, Lorca y Cehegín donde esta nueva institución de formación del profesorado ya existía y pronto, con la fuerza que proporciona la ilusión organizamos el nuevo CEP.

En los años anteriores los profesores y profesoras habían empezado a organizar su formación continua por sí mismos, bajo la percepción de que era necesaria una importante renovación en los modos de educar. Sólo existía entonces el ICE, de la Universidad y centralizado en la Capital. A finales de los 80, la Administración educativa nacional decidió institucionalizar todos los esfuerzos que se venían realizando por doquier, de calidad pero voluntaristas, a través de estos nuevos centros que podían descentralizar la formación continua. El Ayuntamiento de Cieza colaboró en el proyecto cediendo unos muy buenos espacios.

Los Centros de Profesores, los CEPs llamados posteriormente CPRs, nacieron para fomentar el trabajo en equipo del profesorado, facilitar su actualización científico-didáctica y actuar como centro de difusión de las buenas prácticas pedagógicas a través de la organización de los más imaginativos itinerarios formativos: Cursos, Jornadas Seminarios, Grupos de Trabajo y periódicas Publicaciones.

Arraigados en su entorno y vinculados a cada centro educativo favorecieron la renovación, la innovación y la investigación de los docentes, con una incidencia directa en la mejora de la Escuela, Pública y Concertada, como servicio público.

El protagonista era el docente, hasta ahí llegaba su idea descentralizadora. El docente en su centro, en su comunidad educativa, con la energía que genera el trabajo bien hecho y la posibilidad de darlo a conocer a los demás compañeros y compañeras y a la sociedad.

Buen ejemplo sería la publicación de la unidad didáctica “Las Norias de Abarán” en 1993. La metamorfosis de una rigurosa unidad didáctica para Educación Primaria fue clave para atraer a miles de escolares de toda España, a través del programa de Escuelas Viajeras y aparecer en la revista National Geographic. El Grupo de Trabajo “Macaón”, autor de la misma señalaba en su introducción que el trabajo que publicaría el Centro de Profesores de Cieza podía desencadenar la toma de conciencia colectiva sobre la conservación de nuestro patrimonio cultural que velara para impedir la desaparición de este artefacto tan arraigado a la cultura del agua. Así ocurriría.

El CPR, tras integrar al Centro de Recursos, se iría fortaleciendo con en el tiempo hasta convertirse en un referente educativo de nuestra comarca. Pero después serían silenciosamente desmantelados como la rana se va cociendo en agua lentamente calentada, según la expresión de un amigo.

Me sorprendió entonces, hacía años que ya no formaba parte de su plantilla, el silencio que observé tras su cierre y publiqué en El Mirador una pequeña despedida, Adiós a los Centros de Profesores, haciéndome eco de su cierre por parte de la administración educativa del Partido Popular, quien había aceptado este organismo descentralizado a regañadientes. Escribía en ella: “hoy, después de veinticinco años se cierra por medio de la última Orden administrativa de un Consejero dimisionario que parece haber dejado con ella su legado. Un centro centralizado similar a aquel ICE que hicimos desparecer para que el profesorado fuera el artífice de su formación revive de nuevo y los Centros de Profesores desaparecen y con ellos toda la labor y la experiencia acumulada. Pareciera que en España no podemos sino revivir hasta el infinito el mito de Penélope: tejemos y destejemos, construimos y derribamos, obteniendo como resultado un vacío continuo: pronto serán otros los que deban empezar una nueva construcción tras el fracaso de la que se inaugura y que ya fracasó”.

Si hubo una pequeña contestación en Cartagena a la que el director general de Planificación Educativa y Recursos Humanos de la Comunidad, Enrique Ujaldón, contestó falsamente que no se trataba de un cierre, sino de una reestructuración del servicio. “Queremos darle un cambio y que las instalaciones sean utilizadas por los profesores y alumnos de todos los centros de Cartagena. En toda la Región, habrá 31 de los 47 trabajadores que había, y aunque estarán centralizados en Murcia, se desplazarán todos los días allá donde se les necesite”. Sin embargo, durante un año fueron sedes del CPR de Murcia y los directores actuaron de coordinadores de sede. Desde septiembre de 2014 fueron sedes sin coordinador y en decadencia hasta su cierre.

Una historia triste, sin duda.

1 comentario en “Los Centros de Profesores”

  1. Toda una realidad contada con ese final funesto, sin sentido, antieducativo. Pero también el silencio de los docentes que nos dejamos quitar lo poco que teníamos de formación, de encuentro de innovación…
    Un fuerte abrazo..
    Manolo

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