Viene denominándose como España Vaciada a los territorios que han venido perdiendo progresivamente población desde mediados del siglo XX y lo han continuado haciendo en el XXI. El término hace referencia a las zonas de España que sufrieron emigraciones masivas durante el denominado éxodo rural de los años 1950 y 1960, que a comienzos del siglo XXI abarcan el 90 % del territorio español.
Se trata de un fenómeno de gran importancia. De hecho, Greenpeace afirma que no podemos luchar contra la crisis climática y la pérdida de biodiversidad sin un medio rural vivo y sostenible. Necesitamos fortalecer la España vaciada para hacer frente a lo que está por venir, afirman.
Pues en Letur, en plena España vaciada, se ha producido un fenómeno de carácter musical que sin duda ayuda a evitar su progresivo aumento, el festival Leturalma 2023, que puede servir de ejemplo para que broten otras iniciativas en el mismo o en similar sentido. El festival, que ha contado con grupos musicales de primer nivel, ha sido organizado por la cantante María Rozalén y ha resultado un éxito rotundo.
Letur se encuentra a menos de 70 kilómetros de Cieza, a pesar de que su nombre nos evoque inmediatamente una sensación de lejanía, enclavado en el entorno de la Sierra de Segura (y no en la Sierra del Segura como encontré escrito en el camino en un cartel oficial). La Sierra de Segura se extiende en dirección suroeste-noreste en las actuales provincias de Murcia, Albacete y Jaén. Perteneció al Reino de Murcia, una jurisdicción territorial de la Corona de Castilla desde su reconquista en el siglo xiii hasta la división territorial realizada en el año 1833 en el conjunto de España. Se extendía aproximadamente por el territorio de la actual Región de Murcia, la parte sureste de la actual provincia de Albacete, Villena y Sax, en Alicante, y por algunas localidades de la actual provincia de Jaén. Es curioso que por el hecho de establecer otras líneas al optar los albaceteños por incluirse en la Comunidad de Castilla La Mancha, hayan convertido en extraños a lugares que antes se encontraban unidos.
Eso sucede en el caso de las pequeñas localidades de la Sierra, Letur, Socovos y otros. No exagera demasiado la página de turismo local al decir que Letur es uno de los pueblos más bellos de España, ubicado sobre un cerro sobre varios fértiles valles contando con varios miradores con vistas impresionantes. Su excelente ubicación facilitó que siempre haya estado poblado. La herencia del legado andalusí ha aportado belleza y personalidad a la peculiar estructura urbana de Letur, atravesada por acequias de riego y cuajada de adarves. La buena conservación de su casco urbano llevó a que fuese declarado como Conjunto Histórico Artístico en 1983.
Muy cerca se encuentra Socovos, territorio perteneciente a la antigua Taifa de Murcia que pasó a ser dominio de la Corona de Castilla formando parte del Reino de Murcia. Hoy lo más interesante es su castillo, situado en torno a un cerro que aflora sobre las tierras de cultivo circundantes, antaño casco viejo, al lado de la Iglesia Vieja. Su perímetro, casi circular, está compuesto por unos lienzos muy deteriorados, que en su flanco norte aún conservan las almenas, tal vez reconstruidas bajo la dominación cristiana.
Pues por estas pequeñas localidades han pasado estos días de verano unas ocho mil personas, atraídas por la música propuesta por la popular Rozalen, creando la combinación entre la multitud venida desde todos los lugares de España y el pequeño casco urbano de Letur un ambiente único, con cierto toque mágico por la irrealidad que proyectaba hasta nuestros sentidos.
Al festival, el más bonico del verano, según las palabras de su principal protagonista, llegaron grupos de distintos puntos de España, trayendo sus diferentes lenguas que recrearon la diversa realidad española. Además, Rozalén, cantó en su actuación diversas canciones populares de los distintos territorios, creando todo ello una verdadera representación de nosotros mismos.
Y llenando la España vaciada aunque sea por unos días con una multitud que anduvo por estos bonitos pueblos, antes tan cercanos a nosotros y ahora tan lejanos.
¡Hasta el verano que viene!