Los guerreros de Xi’an forman en Alicante

Recientemente he visitado la exposición de estos famosos guerreros llegados desde China después del parón que supuso para el MARQ, el Museo de Arqueología de Alicante, que es la entidad organizadora, la expansión de la epidemia de coronaviarus por el mundo hasta hace muy pocas fechas. Hasta el el punto que la exposición se ha retrasado durante varios años por esa causa.

Para quienes vivimos en lugares cercanos supone a la vez una alegría y en cierto modo una frustración. Una alegría porque residimos lo suficientemente cerca para poder acercarnos y disfrutar de la exposición, y una frustración al comprobar que Murcia se encuentra muy lejos de acometer empresas de este calado.

La exposición reúne 120 piezas procedentes de la colección de los guerreros de terracota de Xi’an y otras nueve instituciones culturales de China. Aunque desde luego lo que impresiona es la contemplación de los guerreros.

Porque entre las piezas expuestas destacan las aportadas por el Museo del Mausoleo del Primer Emperador Qin Shi Huang, en Xi’an, que se localiza en el mismo yacimiento donde de forma casual fueron hallados en el año 1974 las primeras 29 figuras del inmortal ejército de terracota que fue creado para acompañar al emperador Qin en su viaje al más allá. Las hallaron unos agricultores mientras excavaban el terreno durante unas obras para abastecimiento de agua: entre las tres fosas había figuras de más de ocho mil soldados construidos a tamaño ligeramente superior al natural, aunque también se encontraron otras figuras no militares, como funcionarios, acróbatas, forzudos y músicos.

El lugar está declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1987 y el equipo arqueológico que trabaja en el proyecto recibió en 2021 el Premio Príncipe de Asturias. Otros centros del país asiático que colaboran en la exposición de Alicante son los museos de historia de Shaanxi, el de Beilin de Xi’an, el del Mausoleo de Yang Ling, el Museo de Bronce de Baoji o la Academia de Arqueología de Shaanxi.

Guardianes eternos recibe por título la última parte de la exposición. En Xi’an, un ejército de 8.000 guerreros, 520 caballos y 130 carros de combate protegían desde un mundo subterráneo el último viaje de Qin Shi Huang, repartidos en tres fosas de entre 4 y 8 metros de profundidad. Armados, vestidos y peinados según su rango, y colocados en formación de batalla, las figuras miran hacia Oriente, quizás a la espera de enemigos vengadores de entonces, como se señala en un artículo de National Geografic (//viajes.nationalgeographic.com.es/a/los-guerreros-de-terracota-de-xian-conquistan-alicante_19143).

Lo más interesante a mi entender es que cada uno de los ocho mil rostros de los hombres en formación son distintos, pues no se usaron moldes para crear las figuras de terracota, de modo que cada una de las figuras encontradas es única.

El cuidado en el montaje de la exposición ha conseguido que estas puedan contemplarse con un ángulo de 360 grados, pues unas urnas de cristal a prueba de terremotos y rematadas con un espejo cenital rodean a cada uno de los guerreros. Ni siquiera en Xian se pueden ver tan de cerca, según el comentario realizado por el director del museo alicantino durante la presentación de la muestra, según recoge el diario El País. Un imperio de ultratumba al alcance de cualquier mirada, por tanto.

Y, como colofón, “una teja rota en la que aparece el epitafio de uno de los centenares de miles de obreros” que construyeron la tumba, de los que sólo se conoce el nombre de dieciocho de ellos.

La exposición, cuya vista aconsejo por más que la organización de las visitas no sea la más adecuada al mezclarse en una misma sala, de modo inapropiado, varios grupos guiados con los visitantes individuales de una forma que oscurece el trabajo de los organizadores, se prolongará hasta enero de 2024.

Disponen de tiempo suficiente, por tanto, para programar su imprescindible visita.

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